miércoles, 6 de junio de 2012

Prologo

Son las diez y cuarto de la mañana, y como cada día, el despertador empieza ha sonar. Me incorporo y con mi mano derecha, trato de alcanzar el botón central. Cosa que logro, así que, el despertador se apaga.
Una vez haber hecho al primera cosa de hoy, me voy al baño, me arreglo, me visto, me peino y, dentro de lo que cabe me quito un poco, la cara de monstruo que tengo al levantarme.
Tras desayunar, despedirme de mi madre y bajar las escaleras de mi chalet, tiro calle abajo hacia la escuela oficial de la marina española, para así, echar la matricula para cursar el curso intensivo en alta mar. El curso consta de siete días, con sus días y sus noches, navegando si un rumbo fijo por el mar, y con sigo, este curso lleva como objetivo fundamental el relacionarse con los distintos tipos de personas. Normalmente a estos cursos, asisten personas que han tenido algún que otro enfrentamiento con la ley, siempre que este no este relacionado con ningún delito de agresión, pero, como bien decía la hoja informativa, que llego a mi buzón, si asistías por propia voluntad, y no por la determinación de un juez, acumulabas puntos que, posteriormente te ayudaban a la hora de encontrar un empleo, ya que con esto lograbas experiencia.
Cuando llegue al puerto, me dirigí al mostrador en el que había una cartel que indicaba que allí, se realizaban las inscripciones. Me aproximé hacia el mostrador y le explique a la señora que esta allí todo lo que necesitaba para llevar a cabo la matricula. Esta, entendió exactamente todo lo que le dije, y, a continuación me dio el acuse de recibo que indicaba que ya había hecho el envio de la inscripción para el curso.